En un bosque de Hualos (Nothofagus glauca) ubicado en la cuenca del río Ñuble creamos este jardín únicamente de especies nativas. Nos decidimos por aterrazar el espacio para facilitar el establecimiento de las plantas y para darle uso a unos troncos que quedaron de la obra de la casa. Incorporamos plantas herbáceas y arbustivas nativas con valor ornamental en el contorno de este refugio de montaña.
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